Cómo volví a entrenar con una hernia discal
Desde que tenía 20 años, tuve multiples episodios de lumbago agudo. El lumbago agudo es un dolor repentino en la parte baja de la espalda que te impide moverte.
La última vez que me quede con la espalda bloqueada termine en el suelo sin poder moverme.
Estaba haciendo back squat en el gimnasio con una carga de 80 kg. No era una carga muy elevada para mi pero por alguna razón, empecé a meterle un poco más de velocidad.
De repente sentí un tirón muy fuerte en la espalda baja y deje caer la barra en el suelo.
Mi hernia discal en L4L5
En menos de un segundo todo mi cuerpo se paralizo y termine en el piso.
Durante los cinco segundos siguientes mi mundo se derrumbó.
Mi trabajo es ayudar a la gente a recuperarse de sus dolores. Mi cuerpo es mi herramienta de trabajo. Que clase de osteópata soy si no puedo moverme.
Si alguna vez te bloqueaste la espalda o el cuello, ya sabes cómo se siente. No es solamente tu cuerpo que te abandona, es todo tu mundo que colapsa.
Pero rápidamente mi corteza cerebral tomó las riendas. Las emociones, que están reguladas por el sistema límbico, pasaron a un segundo plano.
En estas situaciones, es muy importante evitar reproducir el dolor al máximo. Tenía que movilizar suavemente mis músculos para que no se contracturen demasiado.
Con la ayuda de mi mujer, logré levantarme (me tomó casi 15 minutos) y empecé a buscar movimientos que podía hacer sin dolor.
La espalda bloqueada
Los entrenadores del gimnasio estaban preocupados. Parecía un robot haciendo movimientos muy raros. Pero encontré dos ejercicios que podía realizar sin dolor y que eran relativamente agradables.
El hip hike: me permitía movilizar un poco la pelvis y la columna lumbar.
El estiramiento del psoas: me ayudó a descomprimir momentáneamente los discos intervertebrales lumbares.
Una ciática
Alterne estos movimientos durante más o menos 30 minutos hasta que me sienta un poco más seguro para intentar regresar a casa. Tenía que caminar 400 metros: me tomó una hora. Tenía que parar en cada esquina para estirarme contra un semáforo.
Tenía una ciática tan fuerte que durante las 3 semanas siguientes no podía caminar más de 100 metros sin parar por el dolor. Pero todos los días, estaba realizando mis ejercicios.
Al principio hacía muchos estiramientos, trabajando con mi respiración. Poco a poco agregue ejercicios de movilidad para trabajar activamente los diferentes músculos de mi cuerpo..
Un mes después de mi accidente me hicieron una resonancia magnética donde pudimos ver la hernia discal responsable de mi ciática.
Volviendo a entrenar con mi hernia discal
Dos meses después ya estaba de vuelta al gimnasio, entrenando al 95% de mis capacidades.
Si, tengo una gran ventaja.
No, no es mi genética.
Gracias a mi formación cómo osteópata y como personal trainer sé exactamente cómo funciona el cuerpo y cómo cuidarlo.
No seguí ningún tratamiento espectacular. En realidad solo tuve un tratamiento con antiinflamatorios durante 5 días cuando no podía moverme.
Solo aplique todo lo que sé sobre el cuerpo humano y lo que define los conceptos del Método Funcional.